Vivir viajando

Crear, nuevo, documento de word. Pasa un minuto, dos, pero la página sigue en blanco. Estoy hipnotizado mirando la raya negra del word que cada vez parpadea más rápido y se vuelve más grande, como queriendo decirme que arranque, que algo se me tiene que ocurrir.

Repaso varias veces los nombres de las primeras ciudades de las que me toca hablar pero no me brindan ningún recuerdo nítido.

Tras unos días intensos por Halong y Tam Coc, llegamos a Phong Nha, otra ciudad donde el turismo es la principal fuente de comercio y donde se organizan todos los días tours para ver las diferentes cuevas que hay esparcidas por el entorno. Se encuentra aquí de hecho la cueva más grande del mundo, Dhong Hoi Cave. Cuando miremos hacia atrás en unos años, o en unos meses, nos arrepentiremos seguramente de no haber ido, pero en un viaje de 7 meses no se puede hacer todo. El concepto de viajar cambia radicalmente. A mí me gusta definirlo más como: vivir viajando. Y tú en tu vida normal no te vas todos los días a ver museos y cuevas, apenas si vas un par de veces en la vida.

foto vuelta en moto
Paradina para descansar un poco

No obstante, si es gratis gana puntos la cosa, es por eso que durante nuestra vuelta en moto nos intentamos colar en una de las cuevas. Pero nada, no hubo suerte. Salimos al día siguiente con la intención de llegar a Hue, ciudad donde volvimos a errar con lo del sightseeing, y es que es muy fácil hablar y describir el fallo, pero no tan fácil remediarlo.

Pero no pudimos lograr nuestro objetivo, el destino quiso robarnos 24 horas de viaje y nos tocó vivir un día de paréntesis inesperado. Llevábamos 30 kilómetros de viaje  matutino cuando la moto amarilla, la patata caliente que nos vamos rifando día tras día, decidió que ya llevaba demasiado tiempo sin dar problemas. Íbamos tranquilamente por una carretera sin tráfico y donde parecía difícil que pudiera pasar algo. Bien pavimentada, sin incorporaciones desde la que algún vietnamita kamikaze pudiera cruzarse, con combustible de sobra… Pero de repente, un estallido. ¡PLAS! Y un súbito calor que trepa por mi pierna derecha. ¿El tubo de escape? ¿El aceite? Me miro y tengo la parte de abajo del pantalón completamente negra, ¡de los dos pantalones! que ese día sabíamos que iba a hacer frío y me puse dos capas. Encima de avería, a lavar doble.

_DSC1500
La moto que más reparaciones tuvo de todo Vietnam

Cruzando miradas de expresión incrédula confirmamos, con la determinación de un mecánico que lleva toda su vida en un taller, que había estallado el motor. Ayudó quizás en el diagnóstico que la carcasa que recubre el motor estuviera rota y atravesada por una rueda dentada que tenía pinta de ser algo importante. Tuvimos suerte una vez más ya que la avería nos pilló cerca de una casa-taller de las que está plagado Vietnam. El tío nos intentó estafar un poco, le regateamos, y al final nos estafó un poco menos. Nos dijo que tardaría unas 8 horas en repararlo así que nos pusimos cómodos.

_DSC1504
Unos currando
_DSC1505
Otros sobando

Con la moto a punto y el día invertido en escribir información para la página web, nos acercamos a la siguiente ciudad para hacer noche y retomar el viaje a la mañana siguiente ya que, como gente prudente que somos, conducir de noche en un país donde tras la puesta de sol la gente pone las largas y tanto motos sin luz trasera como bicis con carros a remolque se rifan tu carril, no es muy recomendable.

_DSC1613
Alto en el camino para comer unos cacahuetes
_DSC1614
Arrozales por todas partes

Una vez en Hue, nos fuimos a visitar la famosa ciudadela, principal reclamo turistico de la ciudad. Pagamos seis eurazos como primos, todo para ver un conjunto de casas y templos antiguos que no dejaron ninguna huella en nuestra retina. Última vez que pringamos así, la táctica es pensar en la pizza que nos comeríamos a cambio por el mismo precio, así se nos quita rápido la tontería. Las conversaciones filosóficas a la orilla del riachuelo acerca del futuro, la muerte, el ser vivo que exterminaría al hombre y los planes de Emilio merecieron la pena.

hue 2
Foto de rigor para mamá
_DSC1521
Dentro de la ciudadela

La etapa de Hue a Hoi An se anunciaba como un trayecto de puro disfrute motorístico y con el buen día acompañando pudimos ver, a lo lejos, las extensas playas de arena blanca que Sule se imaginaba cuando preparando el viaje fantaseábamos sobre Vietnam, un septiembre remoto que parece haya sido hace dos años.

hue hoi an

_DSC1556
Playas durante la etapa Hue – Hoi An

Rompiendo un poco con la tendencia de los últimos tres días, Hoi An nos dejó un buen sabor de boca. Por el día las motos hacen que sea un poco caótica pero al caer la noche los tubos de escape se callan y aparecen en su lugar chinescos farolillos de tela que prenden de rojo y amarillo las calles de otro de esos pueblos donde turistas y locales saben convivir en perfecta armonía.

hoi an 3
Tres perdidos en Hoi An
hoi an 2
Arte por las callejuelinas de Hoi An
hoi an
¿Qué Julio, entramos? -Gastaos mejor les perres en una pizza
hoi an 4
Echando unas damas en la calle
_DSC1599
Luces de ciudad

Pero el camino sigue y, con la fecha de caducidad marcada, las prisas llaman a la puerta con más frecuencia que nunca. Nos damos cuenta poco a poco de que, tras casi cinco meses de viaje a la deriva, sin mirar relojes ni calendarios; somos ahora más esclavos del inexorable paso del tiempo. Seguimos camino del sur, cruzando la barrera del 50%, sumando kilómetros al cuenta de esta memorable experiencia. Kilómetros que nos dirigieron a Quy Nhon, una ciudad de las que no salen en la guía y en las que por tanto tu presencia dislumbra más. Comes barato camuflado entre locales y, echándole un poco de morro, te invitan a cervezas unos lugareños que quieren presumir un poco de inglés y de compañía; perfecta simbiosis.

_DSC1622
Costurero callejero en Quy Nhon

Un día más, una ciudad grande y por tanto la posibilidad de comprar el desayuno en una de nuestras queridas bakeries. Explorando rutas menos conocidas, ya que para las guías, en 660 km de trayecto a lo largo del centro del país no hay nada remarcable; acabamos en un pueblo pesquero donde, en primera linea de playa, comimos un arroz con bonito que me llevó por un instante a veranos rodeado de familia en un porche frío de verano, en una mesa de roca de una esquina robada al mar.

_DSC1642
Pescadores en Xuan Duc

Nos acordaremos siempre de Xuan Duc no sólo por su curioso nombre ni por el arroz con bonito, sino por la visita guiada por un resort de 5 estrellas que un francés muy majo, Jacques, accedió a darnos cuando le dijimos que estábamos haciendo visitas por resorts de lujo en Vietnam con el fin de crear una página web del tipo Tripadvisor.

No es que nos aburramos mucho, nuestra intención era que nos ofrecieran un café con unas pastas o algo a cambio de estar una hora haciendo el paripé, tomando notas, sacando fotos y diciendo pijadas.

_DSC1644
Aunque no se vea en la foto, Sule está tomando notas en una libreta
_DSC1667
¡Estamos dentro!
_DSC1664
¿Qué Jacques, te crees algo? -No me creo nada chavales.

Nunca sabremos muy bien qué habrá pensado Jacques. Creemos que por unos momentos se lo creyó y que luego siguió por pura inercia, porque estaba más aburrido que una ostra el pobre. Nuestra actuación no fue del todo mala, pero con nuestras pintas de moteros embarraos hasta las rodillas, con tomates en los calcetines, con unos diálogos totalmente improvisados y cruzando alguna que otra risa incontenible, es imposible que se lo haya tragado. Al despedirnos no nos pidió ni el nombre de la página. Yo creo que se entretuvo con nosotros, y nosotros con él, aunque no nos ofreció ni pastas ni café ni nada de nada. Tendremos que mejorar un poco la técnica.


Una respuesta a “Vivir viajando

Deja un comentario